sábado, 15 de octubre de 2011

UN LUGAR PARADISÍACO

Hoy os presento un rincón perdido en el mundo, que encontramos de casualidad durante nuestra luna de miel, un lugar colgado en los acantilados, oculto entre pinos y con la inmensidad del Mediterráneo como gran testigo de su exquisita hermosura.
Shambala es un lugar para olvidarte del mundo, para el silencio y el amor, para disfrutar de la naturaleza.
Está en Fethiye, sur de Turquía. Es muy complicado acceder a él, lo que lo hace más misterioso. Te recogen en el único pueblo que se puede encontrar por esos parajes, ¡inaccesibles!. Subidos en un todoterreno bajas y bajas unas pendientes de infarto.
Es un complejo con bungalows, tipis y casetas de madera. Cada cual más bonita y con diferentes calidades, la nuestra era la "honney room", y se llamaba Namaste. Nos daban de desayunar y cenar, la comida corría de nuestra parte, pesca submarina, hiervas, y lo que nos ofreciera la naturaleza, o si no, un discreto chiringuito a pie de playa, ya que no hay forma de salir de allí; lo único es bajar hasta la playa y coger un barquito que te lleve a otras calas maravillosas, como la playa de las Mariposas.
Muy muy recomendable, aquí os dejo algunas imágenes.














Hoy os presento un rincón perdido en el mundo, que encontramos de casualidad durante nuestra luna de miel, un lugar colgado en los acantilados, oculto entre pinos y con la inmensidad del Mediterráneo como gran testigo de su exquisita hermosura.
Shambala es un lugar para olvidarte del mundo, para el silencio y el amor, para disfrutar de la naturaleza.
Está en Fethiye, sur de Turquía. Es muy complicado acceder a él, lo que lo hace más misterioso. Te recogen en el único pueblo que se puede encontrar por esos parajes, ¡inaccesibles!. Subidos en un todoterreno bajas y bajas unas pendientes de infarto.
Es un complejo con bungalows, tipis y casetas de madera. Cada cual más bonita y con diferentes calidades, la nuestra era la "honney room", y se llamaba Namaste. Nos daban de desayunar y cenar, la comida corría de nuestra parte, pesca submarina, hiervas, y lo que nos ofreciera la naturaleza, o si no, un discreto chiringuito a pie de playa, ya que no hay forma de salir de allí; lo único es bajar hasta la playa y coger un barquito que te lleve a otras calas maravillosas, como la playa de las Mariposas.
Muy muy recomendable, aquí os dejo algunas imágenes.

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